Gesto Arquitectónico

    ¿Qué es el gesto arquitectónico? Es, se podría decir en resumidas cuentas, el estilo de una estructura.  Sin embargo, muchos se han hecho la pregunta a través de la historia, cuál es la diferencia entre la arquitectura y la ingeniería, y es aquí donde está la clave para definir el gesto.  La arquitectura es el arte, la belleza.  Los tres principios de la arquitectura de acuerdo con Vitruvio son firmitas, utilitas y venustas.  Frecuentemente se olvida y se echa de lado ese tercer principio.  En épocas modernas/contemporáneas se ha querido separar el arte de la arquitectura, lo cual es absurdo, ya que estas van de la mano.  No hay arquitectura sin arte, la misma sería entonces meramente ingeniería.  Lo artístico de la arquitectura se puede traducir, como mencioné anteriormente, en los estilos.  Cada estilo responde a su época, podemos verlo desde, por ejemplo, el renacimiento, el barroco, el neoclásico, art nouveau, el modernismo, posmoderno, etc.  

La arquitectura, bien diseñada, tiene orden, siempre.  Los estilos pueden variar e incluso en ocasiones parecer alborotados, pero todo tiene un pensamiento y una razón. El arte es político, por ende la arquitectura es política.  La arquitectura es un lenguaje, expresa y define a la sociedad que la habita.  Los estilos, el gesto arquitectónico son el abecedario.   Para construir una estructura no se necesita un arquitecto, la función más básica de una estructura de refugiar y que esta se mantenga en pie puede ser hecha solo por un ingeniero.  Sin embargo la arquitectura va más allá de que una estructura se mantenga en pie, esta necesita estudiar su contexto tanto geográfico como cultural para crear espacios funcionales y que respondan visualmente con su entorno. Por otro lado, en especial hoy en día, la arquitectura es un lujo, no es accesible para las masas.  La mayoría de los proyectos no son diseñados por arquitectos, sino que por ingenieros.  

 Como mencionaba antes, la arquitectura no es accesible para todos. Hoy en día, solo un pequeño porcentaje de las viviendas son diseñadas por arquitectos. Esto significa que la mayoría de los espacios habitables carecen de ese gesto arquitectónico que los conecta con su entorno, su cultura o su tiempo. No se diseñan desde la idea, sino desde la necesidad inmediata y la eficiencia económica. Se pierde la oportunidad de generar un lenguaje, una narrativa espacial que diga algo más que simplemente “esto sirve”.

El gesto arquitectónico también es una interpretación, una respuesta subjetiva que se puede leer solo dentro de un marco cultural. No es lo mismo una casa en Japón que una en México, aunque ambas cumplan la misma función. El gesto comunica, incluso a través del tiempo, como lo hacen los dibujos o los planos: el arquitecto piensa en ideas, y esas ideas luego toman forma física. Por eso, reducir la arquitectura a solo lo material es negar su dimensión más profunda. Habitar no es simplemente ocupar un espacio; es vivirlo, sentirlo, entenderlo.